Los dos partidos ante Barcelona entre domingo y miércoles terminaron pasando factura a una Liga que lució cansada, no tanto en el aspecto físico como en el mental. Los 6 puntos conseguidos ante los toreros de alguna manera relajaron al equipo de Zubeldia que ante la Católica salieron a proponer muy poco, esperando en propio campo a un rival que no sabia de triunfos las pasadas 7 fechas.
Los albos se sintieron visitantes en el Atahualpa; esto agrandó al cuadro camarata que, pese a sus limitaciones, dominó el trámite de juego y obligó a Domínguez a trabajar más de la cuenta. El mediocampo azucena tuvo poca movilidad. Adelante Morales y Quiñoñez no anduvieron en su día y a Mina le costó un mundo volver a entrar en ritmo tras venir de una lesión que lo alejó de las canchas por 3 fechas. Madrid y Estupiñán no fueron tampoco la rueda de auxilio por las bandas. Bajo estas consideraciones, el juego de los albos se sostuvo en el sacrificio de Intriago y Cevallos y los infalibles Araujo y Romero (la mejor pareja de centrales del torneo).
Por la forma de enfrentar el juego, y tras unos 45 minutos para el olvido, quedaba la sensación que mas cercano estaba el gol celeste. Del lado blanco, las chances se reducían a alguna inspiración de sus figuras, algo que efectivamente sucedió cuando uno de los pocos ataques a profundidad terminó con un gran gol de Jose Francisco Cevallos. Sin merecerlo, Liga se iba adelante en el marcador y parecía alejarse en la tabla de posiciones porque no se veía manera de que los locales superen el muro que armaban entre los centrales y el arquero de la U. Pero apareció uno de los imponderables del juego, un doble error del juvenil ligado (que segundos atrás había ya cometido otro ganándose una tarjeta amarilla) dio a Católica la chance de igualar por medio de la vía penal y a los albos con un jugador menos ya que Pervis veía la segunda tarjeta amarilla y por ende la roja.
De manera paradójica el empate celeste le vino mejor a Liga, que pese a su inferioridad numérica se volcó tras el arco de Galindez. Los ingresos de Matamoros y Castillo le dieron oxígeno e ideas al ataque merengue, mientras Celico apostaba por reforzar su defensa y mediocampo sacando sus delanteros. Un par de tiros directos estuvieron a punto de significar una inmerecida victoria para el equipo de Zubeldia quien luego en la rueda de prensa confesaría el agotamiento mental de su equipo.
Lo rescatable de la tarde fue sin duda el que Liga sigue sumando, se mantiene en el primer lugar y estira su racha invicta a 16 jornadas, igualando su propio récord histórico, en cuanto a un arranque de torneo sin conocer la derrota. Los albos tendrán una semana completa para recargar energías y recuperar jugadores importantes como Vera e Hidalgo, de cara a un nuevo reto en casa ante Deportivo Quito el fin de semana. El objetivo primario sigue siendo terminar líderes en esta etapa y para ello no hay otra opción que seguir ganando en casa. Independiente y Emelec no dan su brazo a torcer.
Todo está armado para que se viva una nueva fiesta en la Maravilla de Ponciano. El camino sigue y los jugadores necesitan del respaldo de su gente. Estamos seguros que la hinchada dirá presente y nuevamente pintaremos el estadio de blanco para volver a ilusionarnos, para volver a cantar, para volver a soñar, para VOLVER.
Armando Rentería
May 5, 2015 -
Pero para eso está Zubeldía: si Castillo fue uno de los mejores el miércoles porque no lo puso desde el principio? para que se mueva Mina se necesita una grúa y el manabita es mas rápido corre a los centrales rivales y deja espacios, él debe ser titular